Ideas erróneas de la vocación
Vocación=
Plenitud de Vida
Al interpretar la vocación desde un punto de vista religioso no es raro que se le considere como el privilegio que Dios concede a unos cuantos, que han sido escogidos por Él. Si fuera así, entonces habría personas que pertenecen a otra categoría, esto causaría una separación de las demás personas comunes, porque ellas son extraordinarias. Esto llegaría al extremo en el que se considera que la vocación nos coloca por encima de las demás personas, incluso al interno de nuestra propia familia.
Vocación=
Altruismo
Otro concepto reduce la vocación a una cuestión de generosidad. Se trata entonces de ser buena persona y lanzarse a buscar el bien de los demás por medio de una profesión o modo de vida. A diferencia de la anterior, esta sí mira las necesidades de los otros, pero es arriesgado cimentar la propia vocación sobre la generosidad, porque habitualmente las personas flaqueamos en nuestros buenos propósitos o llegamos a cansarnos.
Vocación=
Profesión
Es frecuente pensar que la vocación se reduce a una ocupación. Desde aquí, la opción vocacional se convierte en una simple ayuda para elegir un oficio o una carrera, la cual se limitaría a algunas tareas a condición de un salario. Esta visión carece de una significación más profunda.
Vocación=
Gusto
Este es otro concepto erróneo pues mira a vivir sólo aquello que nos fascina y divierte. Se trata únicamente de encontrar un espacio donde podamos expresar las inquietudes y explotar nuestras capacidades, donde trabajar sea un auténtico placer. Cae en el idealismo al no tener contacto con la realidad. Se podría buscar ese lugar fantástico donde todo es gustoso y sencillo.
Vocación=
Privilegio
Al interpretar la vocación desde un punto de vista religioso no es raro que se le considere como el privilegio que Dios concede a unos cuantos, que han sido escogidos por Él. Si fuera así, entonces habría personas que pertenecen a otra categoría, esto causaría una separación de las demás personas comunes, porque ellas son extraordinarias. Esto llegaría al extremo en el que se considera que la vocación nos coloca por encima de las demás personas, incluso al interno de nuestra propia familia.